martes, 27 de marzo de 2012

Viernes Santo, Procesión de las Antorchas en Magacela.


El próximo Viernes Santo, 6 de abril, tendrá lugar la llamada Procesión de las Antorchas en Magacela. Este acto cobra cada año mayor relevancia e incrementa el número de participantes convirtiéndose en una cita mágica y de gran interés dentro de la programación de actos de Semana Santa en nuestra zona.

El itinerario procesional comprende la salida de la Iglesia de Santa Ana, c/ Pedro de Valdivia, c/ Enrique Ramírez, c/ Pósito Viejo, subida por el camino del castillo y acceso al interior de la fortaleza. Fijación de la Cruz. Bajada por el camino y entrada al Conjunto Histórico por c/ Juan Carlos I, continuación por c/ Hernán Cortés, Plaza de San Antonio (Salida de la Virgen), c/ Zurbarán, c/ Pedro de Valdivia y llegada de nuevo a la Iglesia de Santa Ana.

A lo largo de la jornada se desarrollarán distintos actos que detalla en el siguiente texto Nicomedes Silos Montero.

Por la mañana los feligreses se reúnen para tener una hora santa de oración que precede y orienta la gran celebración de la tarde: los Santos Oficios de la Pasión del Señor. Esta celebración no termina en el templo parroquial sino que continúa en la calle con la celebración del Vía Crucis que nos introduce en la memoria del pasado cuando la Orden de Alcántara moraba en la fortaleza, lo que hoy son las huellas de su paso entre nosotros. No basta que el viajero visitante se limite a ver esta procesión, aunque goza de una gran vistosidad en los claroscuros de la tarde que va cayendo por las estrechas calles del Conjunto Histórico, sino que es necesario que la haga suya participando en todo su recorrido. Sorprende la afluencia masiva de personas y el sabor de un silencio que resuena por las calles en una subida repentina y constante desde el templo parroquial hasta el interior del castillo. Es una imitación casi real de aquella subida que se produjo en Jerusalén hasta el Calvario la que el viernes se recrea en Magacela.

Una vez que se llega a la fortaleza y se ha orado, con la última estación se fija la Cruz de madera al suelo.

La noche ya ha caído y comienza un bello descenso iluminando las faldas del cerro con innumerables antorchas encendidas que los fieles portan en sus manos para acompañar el paso del Santo Entierro que es llevado a hombros, creando una impresionante estampa los resplandores de la luz al chocar con las piedras centenarias de las paredes de la fortaleza. Esta procesión es conocida aquí como “de las antorchas”. Se desciende por un sitio distinto al que se ha utilizado para subir. El silencio orante continúa por el recorrido que marca la luz de las antorchas.

Pero queda otro momento importante y emotivo en este desfile procesional, un encuentro cargado de significado cuando la Virgen de la Soledad aparece por las puertas de la Ermita de San Antonio y se une a la procesión.

Ya van la Madre, con el sufrimiento, y el Hijo, que yace muerto, hasta la parroquia.

La noche permanece cuando las antorchas se apagan y espera el lucernario que abrirá la noche pascual.